Conclución: El consumismo.

Muchos de los fenómenos que he explicado anteriormente son debidos al consumismo que hoy azota nuestra sociedad. Hablar de consumismo nos lleva sin poder evitarlo a hablar de la publicidad.

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta lo que hace que estemos muy, muy cabreados."

EL CLUB DE LA LUCHA.

¿La publicidad nos controla o nosotros la controlamos a ella? Desde pequeños tenemos a la vista cientos, miles de anuncios que nos llaman a comprar esto o lo otro. La publicidad intenta introducirse en los individuos por medio de distintas formas: la televisión, las revistas, ...

Estoy segura de que si ahora pasásemos un examen en el que tuviésemos que nombrer cuen marcas distintas aprovaríamos todos y con nota. Pero y si, por ejemplo, tuviésemos que nombrar cuen especies distintas de pájaros? Os aseguro que la cosa cambiaría.

La publicidad es el órgano motor de los distintos formatos informativos, puesto que la publicidad sostiene económicamente estos formatos.La publicidad está hoy en día en todo. En la calle, en casa...lo que es increíble es que se inviertan tantos millones y millones de euros en algo así. Sí, la publicidad es importante, pero hasta cierto punto. Ésta nos lleva al consumismo abusivo, al no prestar atención a nuestras necesidades, sino a si las cosas son de tal o cual marca. Sí, puede que esto que digo sea algo hipócrita, ya que, sin ir más lejos, mi familia, mis amigos..., viven y se mantienen gracias a la venta que supone determinado negocio, venta que no se llevaría a cabo sin publicidad.

Creo que con un poco de concienciación y responsabilidad, todos sabríamos escoger un poco mejor lo que compramos, y no permitir, por ejemplo, que unas deportivas, cuya materia prima no cuesta más de un par de euros, cuya mano de obra no supone más de seis céntimos en países como Vietnam; nos las vendan aquí por más de cien euros. Entre todos podemos frenar ésta locura.